Estudiantes
y obreros revolucionarios del Mayo Francés
El movimiento que
impactó en el mundo
El filósofo Jean-Paul Sartre subrayó sobre el Mayo Francés de 1968 que “lo importante es que se haya
producido cuando todo el mundo lo creía impensable y, si ocurrió una vez, puede
volver a ocurrir”, lo cual fue una predicción que vio la luz en Argentina con
el Cordobazo y en otros países como Alemania, Checoslovaquia, Italia y Uruguay.
Aunque los
levantamientos llevados a cabo por los estudiantes franceses de la Universidad
de Nanterre comenzaron apoyándose en múltiples postulados que iban desde la
liberación femenina hasta la defensa de la ecología y el medio ambiente, el
movimiento tuvo más repercusiones de las esperadas.
Los universitarios,
influenciados por el contexto mundial de la época de la mano del revolucionario
Che Guevara, quien fue asesinado un año antes de las revueltas francesas, y del
movimiento hippie de los ’60 de Estados Unidos, vieron en su casa de altos
estudios un lugar propicio para sembrar el anti capitalismo.
Ante la ocupación de la
Universidad por parte del alumnado, el gobierno de De Gaulle clausuró la institución
a finales de Abril y así prohibió a sus estudiantes la posibilidad de expresarse,
y violó un postulado de uno de los referentes intelectuales del Mayo Francés, Jean-Paul
Sartre, que exponía que “los hombres están condenados a ser libres”.
El tres de Mayo, gran
cantidad de estudiantes tomaron la plaza de la Sorbona para protestar, lo que llevó
a violentas represiones por parte de la policía que arremetió contra la
concentración con gases lacrimógenos, se llevó detenidos a algunos alumnos y,
de este modo, violó la autonomía gubernativa de la Universidad.
Con la consigna “no
vamos a pedir nada, tomaremos, ocuparemos” en alto, los obreros se unieron a la
organización de una huelga general que se llevaría a cabo el 13 de Mayo convocada
en un principio por los sindicatos de estudiantes y profesores en respuesta a
la represión y al pedido de la liberación de los alumnos.
Nueve millones de
obreros respondieron al llamado y un millón de personas se reunieron en París
contra el autoritario gobierno de De Gaulle a la vez que a la alianza de la
oposición se le sumaron los anarquistas, comunistas y socialistas que a pesar
de no coincidir con algunos postulados, vieron en este grupo un gran potencial
para las movilizaciones.
Un año más tarde, del otro lado del Océano
Atlántico, se unieron obreros y estudiantes contra el régimen militar liderado
por Onganía y en las calles de Córdoba se veían las mismas pancartas que habías
sido levantada por los universitarios franceses, tales como “la barricada
cierra la calle pero abre la vida”.